Somos Seres Imperfectos Limitados por lo Imposible.

La Muerte es un enigma indescifrable que no avisa,
no dice cuando ni còmo llega.
Pero creo que por la muerte se pasa a la vida,

se vuelve a la vida.
La muerte dilata el horizonte del espiritù humano.
Recordar y amar constituyen una nueva mirada,

una santa esperanza.
Cada ser humano tiene una particular forma

de vivir una pèrdida de un ser querido,
de hacer su duelo.
Y se viene Diciembre .....
mirar hacia atràs y a mis costados es inevitable,
nadie crece desde otro lugar que no sea

haber pasado por un dolor asociado
a una frustraciòn, a una pèrdida.
Nadie crece sin tener conciencia de algo que ya no es.
Porque el dolor a veces ocupa el espacio vacìo,
nos acompaña a los que sufrimos en el mismo lugar
que antes acompañaba la persona.
Al sentirme acompañada con el dolor no me siento tan vacìa.
Por lo menos el dolor ocupa el espacio.
El dolor evita el agujero del alma.

A quienes se encuentran entre los afortunados que no han

sufrido el inimaginable dolor de perder un hijo, mi testimonio les

acrecenterà el amor a la vida,

la certeza de que la vida es, a pesar de todo

una hermosa experiencia.

Tomaràn a tiempo mas conciencia de la

importancia de los afectos que los rodean....

El tiempo para amar, vivir, compartir, conversar y perdonar

no se puede dejar para despuès.

La vida es como un rìo que sigue su trayectoria a pesar de los

obstàculos, siendo fundamental dejar fluir ese curso.

De alguna manera estamos programados

para que nuestros hijos se vayan

despuès que nosotros, y que la muerte de nuestros padres

nos anteceda.

Cuando ese orden se rompìò en mi vida

aprendi que no debìa apegarme

a las cosas y menos a lo seres humanos,

porque eso no es real.

Amo a los que me rodean a mis hijos a mi familia, pero he

comprendido que ellos tambièn son parte de ese rìo que es la vida

y que tiene que fluir sin que yo pueda cambiar su curso....

Olvido